Entendemos la expresión y nos suena por que ciertas personas la usan, tal vez las de cierta edad, tal vez las de ciertos sectores sociales.
Por ejemplo el escritor bonaerense o porteño (todavía la ciudad no se había federalizado y los gentilicios no se distinguían) Lucio V. Mansilla en
Una excursión a los indios ranqueles (1872):
"Mientras mi gente permanecía formada, mis tropillas andaban solas. Yo estaba con el Jesús en la boca, viendo la hora en que me dejaban con los caballos montados."
"Las mulas que llevaban las cargas de charqui y regalos para los caciques daban muchísimo trabajo. Por huir del peligro caían a cada paso en él. Una de ellas llevaba los ornamentos sagrados de mis amigos los franciscanos, y ellos y yo íbamos con el Jesús en la boca, esperando el momento en que gritaran: -Cayó la mula de los padrecitos, que así llaman los paisanos cordobeses a los frailes. Fue menester ponerles a todas bozal y llevarlas tirando del cabestro."