Si bien el origen de esta expresión es "de prepotente", el uso la ha suavizado y hoy suele usarse como "sin aviso previo", "sin permiso" o hasta "por azar", además de su sentido original. La usamos muuuucho cuando se habla de engañar a alguien:
El gato no quería tomar la medicación, así que se la metí de prepo en la comida. (nadie diría que fui "prepotente" con el bicho)
El gato no quería tomar la medicación, así que esperé a que estuviera distraído y se la di de prepo. (acá sí se me puede acusar de prepotencia, ¡pero fue por una buena causa!)
Me agarraste de prepo: justo me iba. (me encontraste por casualidad)
Yo no quería venir, pero mis hermanos me trajeron de prepo: me dijeron que salíamos a dar una vuelta. (me trajeron engañada/sin avisarme)
Si el personaje se refugiaba de la lluvia, se metió de prepo (rapidito y sin pedir permiso, en este caso) en algún lado.
¡Saludos!