El español añade la idea de inmaduro, en sentido literal y en el figurado (cereza verde, estar verde), la idea de permisividad y la subversión (viejo verde, chiste verde) y el engaño con la frase venía el villano vestido de verde, expresión que se utiliza cuando una persona descubre que, mediante argucias, se ha pretendido que acepte como bueno algo que presentándosele objetivamente sería inaceptable. Su origen se halla en una agudeza atribuida a Isabel I, a quien no le gustaba el ajo. En una ocasión, se dice que se lo sirvieron en un plato, intentando disimularlo mezclado con perejil. Al darse cuenta, la reina exclamó: "Venía el villano vestido de verde".