Hola a todos.
Cuando leí la frase del título,,al principio pensé que se trataba de esta:
salir, o salirse, alguien con la suya
1. locs. verbs. Lograr su intento a pesar de contradicciones y dificultades.
Pero hay esa obvia diferencia. Me pregunto si la frase de Sacheri sería una variación de la frase al que se refiere el DRAE o tendría otro significado. Tal vez tuviera algo que ver con el fútbol, no sé. Por otra parte ¿podría significar que le hubiese encantado que Raulito siguiera los pasos de él (en cuanto al equipo)? O algo como saliese a él? ¿Qué les parece?
«...Por eso, seguramente, aceptó con entereza que Raulito, desde los nueve, más
o menos, empezase a decir que era de River, «como el tío Hugo»; aunque en el
fondo más recóndito de su ser, él sintiese sinceros deseos de pasar al «tío Hugo»,
lenta, dulcemente, por la picadora de carne y la máquina de hacer chorizos.
Es que, a solas consigo mismo, en el resto de los días, sabía que era todo
grupo. Que le hubiese encantado que Raulito saliese de los suyos. Que ahora que
ya tenía trece, ahora que era todo un hombrecito, habría sido lindo ir juntos a la
cancha. A la tarde, tempranito, en el tren y el 118, hablando de bueyes perdidos,
mirando el partido de tercera acodados en el escalón de arriba, dejando pasar la
vida...»
Gracias de antemano.
Cuando leí la frase del título,,al principio pensé que se trataba de esta:
salir, o salirse, alguien con la suya
1. locs. verbs. Lograr su intento a pesar de contradicciones y dificultades.
Pero hay esa obvia diferencia. Me pregunto si la frase de Sacheri sería una variación de la frase al que se refiere el DRAE o tendría otro significado. Tal vez tuviera algo que ver con el fútbol, no sé. Por otra parte ¿podría significar que le hubiese encantado que Raulito siguiera los pasos de él (en cuanto al equipo)? O algo como saliese a él? ¿Qué les parece?
«...Por eso, seguramente, aceptó con entereza que Raulito, desde los nueve, más
o menos, empezase a decir que era de River, «como el tío Hugo»; aunque en el
fondo más recóndito de su ser, él sintiese sinceros deseos de pasar al «tío Hugo»,
lenta, dulcemente, por la picadora de carne y la máquina de hacer chorizos.
Es que, a solas consigo mismo, en el resto de los días, sabía que era todo
grupo. Que le hubiese encantado que Raulito saliese de los suyos. Que ahora que
ya tenía trece, ahora que era todo un hombrecito, habría sido lindo ir juntos a la
cancha. A la tarde, tempranito, en el tren y el 118, hablando de bueyes perdidos,
mirando el partido de tercera acodados en el escalón de arriba, dejando pasar la
vida...»
Gracias de antemano.